Los océanos del Sistema Solar
Erróneamente pensamos en muchas ocasiones que solo la Tierra tiene agua, elemento de vida para que podamos respirar y disfrutar de este mundo. Sin embargo, si miramos la gran cantidad de océanos del Sistema Solar, observamos que todo el universo está plagado del líquido elemento, ya sea en estado líquido o congelado.
Hace unos años se descubrió que los polos de Marte contenían agua en forma de hielo. No es extraño, dada la baja temperatura del planeta rojo, pero no es el único. De hecho, no muy lejos de nuestro vecino, en el planeta enano Ceres, ubicado en el cinturón de asteroides antes que Júpiter, se considera que podría haber hasta un 25% de agua congelada en su composición.
Además, encontramos dos lugares totalmente congelados que podrían contener enormes océanos en su interior. Uno es Europa, satélite de Júpiter, que emite plumas líquidas hacia el exterior desde fumarolas del interior. Otro es Encélado, este alrededor de Saturno, que podría ser un caso muy similar y esconder una gran masa de agua bajo su superficie helada.
Pero no son estos los únicos lugares del Sistema Solar que albergarían agua. Según estudios recientes, entre los casi 80 satélites que conocemos en Júpiter, muchos de ellos podrían contener agua salada en sus profundidades. Es el caso de Ganimedes o Calisto, que podrían albergar océanos incluso a 10 kilómetros en dirección hacia su núcleo.
Más océanos del Sistema Solar
Pero, si hay un mundo paradigmático y curioso en el Sistema Solar, ese es Titán. Este satélite de Saturno posee su propio ciclo, aunque, en lugar de agua como sucede en la Tierra, es de hidrocarburos. Es decir, dada su baja temperatura, ciertos materiales están en estado líquido formando ríos, lagos, mares y océanos, que se alimentan de la lluvia y la evaporación. No obstante, podría haber agua congelada bajo su superficie también.
Otros rincones que conservan océanos, lagos y mares son, por ejemplo, Mimas, otro de los satélites congelados de Saturno, que también podría tener un gran océano en su interior.
Y no nos olvidamos de Tritón, la luna de Neptuno, cuyos géiseres activos escupen nitrógeno sobre su atmósfera.
Por último, destacamos Plutón. Se pensaba que el planeta enano estaba prácticamente muerto a 6000 millones de kilómetros del Sol. Sin embargo, a su paso por este lugar, la sonda New Horizons descubrió que está muy vivo, con materia orgánica y enormes mares con agua congelada o líquida en su superficie, y que incluso podría conservar géiseres activos. Así que, es evidente que el Sistema Solar está muy vivo, y el agua es un bien preciado que se ubica por doquier.
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